miércoles, 1 de enero de 2014

Via Crucis

VIA CRUCIS


INTRODUCCIÓN
Ya vengo Jesús amado
a considerar contrito
aquel Amor infinito
que en la Cruz me habéis mostrado
Haced Redentor Llagado
que vuestra Santa Pasión
sea para el corazón
luz que me guíe al cielo
fuente viva de consuelo
y esperanza de perdón.

I estación: JESÚS CONDENADO A MUERTE.
Al Dios Bueno, Santo y Fuerte
que da a los hombres la vida
le juzgan como a un homicida
y lo condenan a muerte.
Y Él queriéndome salvar
con su divina obediencia
aunque es cruel la sentencia
la acepta sin vacilar.

II estación: JESÚS CARGA CON LA CRUZ CAMINO DEL CALVARIO
Ya Jesús a morir va
con marcha lenta y penosa
vertiendo Sangre Preciosa
en cada paso que da.
No la cruz de los judíos
causa su dolor profundo
son los pecados del mundo
son los pecados míos.

III estación: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
Agobiado el Rey del cielo
por madero tan pesado
se inclina todo angustiado
y cae por fin al suelo.
Si quieres tú pecador
ayudarle a levantar
deja luego de pecar
y conviértete al Señor.

IV estación: JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE.
Qué dolor debió sentir María al ver a Jesús
que cargado con la cruz
va al calvario a morir
Oh! María Virgen Pura
Oh! Jesús entristecido
perdonadme que yo he sido
la causa de vuestra amargura.

V estación: JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRENEO.
Temiendo que muera el reo
si en su ayuda no se acude
llaman para que le ayude
a Simón "El Cireneo".
No es necesario llamar
a este fuerte extranjero,
déjame tu cruz compañero,
que yo te quiero aliviar.

VI estación: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS.
Una mujer compasiva
a Cristo el rostro limpió,
y en el lienzo se llevó
grabada su imagen viva.
Ojalá que tal retrato
estuviese en mí esculpido,
recordándome el olvido
de mi corazón ingrato

 Otra VI estación : LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS.
Tú que buscas su figura,
míralo ahí escondido,

despreciado y malherido,
falto de toda hermosura.
Trátalo bien como amigo
por su dolorosa carga,
que quien la carga te descarga
de tu merecido castigo.

VII estación: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ.
Casi sin fuerza y sin vida
por lo acerbo del dolor
da mi amable Redentor
una segunda caída.
Señor, si vas a caer,
tended hacia mí la mano
que sois mi padre y mi hermano
y os debo yo sostener.

VIII estación:  JESÚS CONSUELA ALAS HIJAS DE JERUSALEM.
A las hijas de Sión
que lloran amargamente
les manda Dios dulcemente
que no lloren su pasión.
Que si Dios está afligido
de ver al hombre pecar
más importante es llorar
el pecado cometido.

IX estación: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ.
Cómo no compadecer
a nuestro Jesús amoroso
cuando camina angustioso,
cae y vuelve a caer.
Si estas caídas, Señor,
efecto son del pecado,
sufra y sea despreciado
este ingrato pecador.

X estación: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS.
Ponen sus manos impuras
sobre Jesús los matones
y le arrancan a estirones
sus sagradas vestiduras.
Y al verse desnudo así
el Rey de la Creación,
acepta esta humillación
y la ofrece a Dios por mí.

XI estación: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ.
Los verdugos inhumanos
al Inocente Cordero
le tienden sobre el madero
y le clavan pies y manos.
Oh! Crucificado amable,
Mi Rey, mi Padre, mi Dios,
debiera morir por Vos,
pues yo soy el culpable.





XII estación: JESÚS MUERE EN LA CRUZ.
Esta es la Víctima del Amor
que con las lágrimas de la Madre
calma la Justicia al Padre.
Ya agoniza el Redentor.
El Sol esconde su luz,
todo el Universo se aterra,
de horror tiembla la Tierra
al expirar Cristo en la Cruz.

XIII estación: JESÚS EN LOS BRAZOS DE SU MADRE.
Contempla al Verbo del Padre
por nosotros humanado
exánime y desangrado
en los brazos de su Madre.
Perdón oh! Reina afligida
Madre del muerto en la cruz
porque tú le diste a luz
y yo le quité la vida.

XIV estación: JESÚS ES PUESTO EN EL SEPULCRO.
Este cuerpo inanimado,
templo de un alma preciosa,
es puesto sobre la losa
y todo se ha consumado.
Ya sólo falta exclamar
ante este sepulcro abierto:
Oh! Dios por mis culpas muerto,
antes morir que pecar.

XV estación: JESÚS RESUCITÓ AL TERCER DÍA.
Nunca permite el Señor,
en su bondad dulce y tierna,
que sea la noche eterna,
ni interminable el dolor.
Así, nuestro Jesús amado,
muerto tras cruel agonía,
resucitó al tercer día
con su Cuerpo glorificado.

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