miércoles, 1 de enero de 2014

La escalera para subir al Cielo

Para subir al Cielo, se necesita ...


Una escalera larga, apoyarla bien, y sudar en el esfuerzo de la ascensión.
La escalera de dos largueros y diez peldaños la entregó Dios, desde las nubes, a Moisés cuando subió a la cumbre del Sinaí para que todo el mundo la utilizase para subir al cielo.
Jesús le quitó el polvo de doce siglos, y la paja de las normas de urbanidad farisaicas, para hacer brillar en un larguero la marca del Amor de Dios y en el otro el Amor al prójimo. Luego la apoyó en una base firme: la experiencia de las obras de misericordia hacia el prójimo que sufre. La necesidad de este apoyo es de tal importancia que Cristo advierte que cuando retorne como Juez no admitirá en su Reino a nadie que no las haya practicado.
El nivel de bienaventuranza que alcancemos en el cielo será proporcional al esfuerzo medido en sangre, sudor y lágrimas para despegarnos de los placeres de la carne, las mentiras del mundo y el orgullo que inyecta el demonio. Sangre por nuestras caídas, sudor de la frente en el camino hacia la Verdad, y lágrimas para limpiar la mente con arrepentimiento por los errores.
La injusticia, en esta vida, del sufrimiento del inocente tendrá su justa compensación multiplicada por la palanca de la Fe en la otra vida.
Antes de emprender la tarea de ascensión el hombre debe medir las propias fuerzas, y conocer las astucias del enemigo que primero nos encadena al suelo para luego arrastrarnos a su infierno. Comprobará que el hombre es barro sin el soplo de Dios.
La Iglesia acerca al hombre a Cristo mostrándolo al mundo como Maestro que nos enseña el camino, como Salvador que nos libera del mundo y de nuestros errores, y como Redentor que con su sacrificio abre las puertas del cielo a la humanidad caída por el pecado de Adán.
Cristo nos libera de la esclavitud del demonio, nos admite como siervos suyos, y si perseveramos, como hijos herederos de su Reino. 
Sólo ayudados con la Fuerza de Cristo, y obedeciendo su Ley con Fe llegaremos a su Reino de Amor,  Armonía y eterna PAZ.

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