ANEXO A LA PORTADA
Y al que es hombre de verdad
le basta una mirada
a la revista editada
por nuestro ayuntamiento
pa captar en un momento
lo que refleja la portada.
Y aquí me pongo a contar
lo que veo en esta foto,
pues parece un terremoto
lo que el mundo cambió.
La torre no sucumbió,
yo también lo noto.
En la torre de la iglesia
siguen vivos dos ojos
pa mirar los despojos
de la cabalgata de Magos:
los nietos son unos vagos,
la huerta cría abrojos.
El hada que con su estrella
esta tierra alegraba
y el camino alumbraba
de los Reyes al Señor
pa adorar al Redentor
que sus aposentos dejaba.
Por mirar al otro lado
el hada se tropezó,
la estrella se estrelló,
cayendo del alto cielo,
chocando contra el suelo
como bruja se levantó.
No la podemos admirar,
está todo cambiada,
quien era bella hada
en bruja se convirtió.
Pero el nombre no cambió,
pues CULTURA se llamaba.
Acicalándose un poco
como guapa se pasea
en las fiestas de la Cendea,
no la queman como un trapo
Aquí está en el retrato,
no arde como una tea.
Pero se ha vuelto atea
la que de los cielos cayó,
como Luzbel apostasió,
un demonio le acompaña,
pues es de la misma calaña
el que en Cristo a Dios no vio.
De toda la chiquillería
que en las calles jugaba
y los pueblos alegraba,
sólo queda una docena.
Y esto si que es una pena,
pa llorar quien recordaba.
El cornudo diablo persigue
con la mirada al caballero
que ya no adora al dinero
y montado en su zaldiko
calla, hasta que abre el pico
advirtiendo al compañero.
Al joven imberbe me refiero
al que luce un verde traje:
Que entretiene al paisanaje
poniendo de su parte
más dinero que arte
en fiesta, comida y viaje.
Pues detrás está la bruja
que mira su ingenuidad.
Llegará hasta la maldad
quien sabiéndolo no advierte
el grave peligro de muerte
a los niños y su ciudad.
Esta bruja es insaciable
abre su boca pensando
como se los va tragando.
Solo queda una docena,
se los comerá sin pena,
despistados y jugando.
Casi es de admirar
la perversión de su arte,
pues traga sin que se harte,
ni su tripa reventar.
Su boca llegó a diezmar
los niños de toda esta parte.
El Cabezón de la boina
preguntando mira al cielo
¿Qué pasa en este suelo?
Lo que sin tormentas creció
solamente floreció.
No lo entiende el abuelo
Sin nietos pa su consuelo.
Hambre, ni peste, ni guerra,
nada que al hombre aterra
le recuerda la memoria.
Ninguna excusa en su historia
pa no heredar esta tierra.
Al aldeano que la trabajó
le repetirá el del zaldiko:
“Atiende que te lo explico.
En el huerto de la mente
todo pensamiento es simiente.
Quien lo cuida será rico.”
Sembrando en este campo
la cultura tiene maña:
lo plagueó de cizaña.
Quien no cultiva su huerto
está ya casi muerto
sin esperar la guadaña.
El Pueblo no protegió
al mejor árbol que tenía
que en fiestas sus frutos recogía.
Se secó la religión
viendo la televisión,
se marchitó la alegría
Las jotas que el trigo oía
pocos las saben cantar.
Solo sabe espectar
quien antes teatro hacía,
que el clero lo promovía
para entender el rezar.
Los niños no tienen sueños
no les cantó una nana
ni les besó “hasta mañana”
la madre que los parió
los cuentos no aprendió,
en esto fue holgazana.
El mozo bien mandaba
al obediente animal.
Ahora en el mundo laboral
el obrero más bravo
ya sólo es esclavo
de un robot de metal.
Y dirán que no está mal.
Cuando un joven se divierte
quien se ríe es la muerte,
montando el nuevo coche
saliendo tras medianoche,
las sombras ya no advierte.
“No me des mas la plastada”
dijo el abuelo al del zaldiko
que montado en su borrico
se salió de la foto
y sin buscar alboroto
llegó al polideportivo
Y trabajando en el portal
a los niños recibía,
a los bebes la puerta abría,
al mozo alto que cagaba en lo mas alto
sin dudar le echaba el alto,
y sin ofender le reprendía.
El diablo vio la cortesía,
tomó a la bruja de la mano,
poseyó el despacho cercano,
arriba en dirección
tomó la decisión,
que no le tembló la mano:
“Despachad a este fulano,
que no es ningún chaval
el que limpia el portal.
Yo conozco al del zaldiko,
el que montaba el borrico
es más que un caballero
Es un monje guerrero
que guarda el templo del Señor
sin más arma que el valor,
además es anacoreta.”
Y el que cabalga en bicicleta
les responde sin rencor.
“Yo lucho por Dios y su honor,
no contra las sombras del suelo,
sino contra el que nos tapa el cielo,
ocultando a esta generación
el poder humilde de la oración
al Señor de tierra y cielo.
Os quitaré el velo,
pues engañáis al personal,
con el desarrollo cultural,
las máquinas y el progreso
el hombre trabaja el seso
menos que un animal”.
“Que se vaya este anormal,
basta ya de sermones.
Que no me toque los millones.
ni me mire las pesetas.
Que coja su bicicleta
y llegue hasta las misiones.”
"Me entrenaré como profeta
en predicar al desierto
‘El espíritu está ya muerto’.
El doctor lo dictamina:
por exceso de morfina
y no cultivar el huerto".
Se perdió la FE de este pueblo
que no cree, ni crea, ni cría;
croa como rana sin fantasía.
La actual generación
camina a la extinción
por no enraizar su alegría.
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